domingo, 7 de julio de 2013

Talleres en Casa del Lector, Matadero de Madrid

Cadáver Exquisito infantil
En nuestra niñez todos hemos jugado alguna vez a continuar la frase del compañero sin preocuparnos de la coherencia o el sentido que el resultado final pudiera tener. Los surrealistas popularizaron el cadáver exquisito a partir de un antiguo pasatiempo de salón, en el que cada jugador escribía por turno en una hoja de papel, doblándola para cubrir parte de la escritura. El siguiente sólo puede ver el verso o el renglón inmediatamente anterior.  El resultado final suelen ser poemas o relatos más o menos coherentes y que tienen ese perfil caótico tan característico del surrealismo. Recibe su nombre de la primera oración creada a partir de este método: “El cadáver exquisito beberá el vino joven”. 


Da Vinci Didáctica ha adaptado el cadáver exquisito para niñas y niños de 4 a 8 años de edad, a petición de la Casa del Lector, en el Matadero de Madrid, en el programa Verano Lector 2013. Nuestra actividad consistió en una parte oral, y otra gráfica. “La Gramática de la Fantasía”, de Gianni Rodari, fue inspiración para jugar en grupo con las palabras, nuevos contextos y los cuentos. Dada la temprana edad de los participantes, hicimos algunas adaptaciones. Extrajeron palabras de un saco, que fue dando forma a un cuento incompleto: “Érase una vez un… que vivía debajo de un… y todas las noches su amigo el … le contaba cuentos bajo la luz de la …” Cada taller dio como resultado un cuento diferente. Con las dos palabras que sacó cada participante, construyeron una historia corta, como por ejemplo con las palabras ojo y arena, con las que un niño de 6 años dijo: “Érase una vez una niña del desierto, a la que llevaron a una ciudad, y cuando se ponía triste, sus ojos lloraban lágrimas de arena”.
El cadáver exquisito gráfico fue elaborado en grupos de cinco participantes, para no demorar los turnos. Doblamos una hoja en forma de acordeón, y cada niño fue dibujando en una cara, dejando salir dos líneas hacia el extremo inferior. Dichas líneas fueron punto de partida para el siguiente participante. El resultado es bastante parecido a un tótem.

Otro trabajo artístico que hicimos con las niñas y niños se inspiró en el ilustrador del siglo XIX Meggendorfer. Dimos a cada participante un cuadernillo compuesto por tres hojas con unas guías para dimensionar el cuerpo, cabeza y parte trasera de tres animales, uno en cada hoja; una vez terminado cortamos las tres partes del animal. El resultado fueron seres fantásticos que muestran cómo funciona la imaginación creadora, mediante a selección, la combinación y reelaboración de imágenes para crear un mundo de ficciones.


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